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Moisés Naím es uno de los intelectuales latinoamericanos más importantes del mundo. Sus análisis no son exclusivamente regionales; su foco es global. A menudo su interés está en las tendencias mundiales, en aquello que puede afectar igualmente a un agricultor chino, a un empresario en Nicaragua y a un ingeniero en Ámsterdam.
Varios hechos relevantes, que nos hacen reflexionar, se han dado esta semana. Desde la renuncia de Omar Gómez Trejo, como fiscal encargado del caso Ayotzinapa, evidenciando la posible injerencia del titular del poder ejecutivo (o incluso del Ejército) en la Fiscalía General de la República; pasando el anuncio de la realización de una consulta (ilegal, a cargo de Gobernación) para preguntar si el “pueblo” acepta mantener al ejército en las calles; hasta una nueva aparición de Jorge Ramos en la mañanera para señalar (con datos duros) que este es el sexenio más violento de la historia de México, por lo que le llamó “el gobierno de los muertos”.
“La Revancha de los Poderosos”, al igual que su otro libro, “El Fin del Poder”, ya analizado en uno de los capítulos anteriores, son textos escritos precisamente para estudiar y entender el poder.
En ambos, su autor Moisés Naím, trata el tema del poder político y sus limitaciones, sus riesgos y bonanzas, pero sobre todo, y es lo más importante, uno y otro sirven como puerta de entrada para que quienes busquen escalar el mismo, puedan tener conciencia de lo que realmente es el poder político y sus derivaciones.
Después de una promisoria ola democratizadora en el mundo experimentada en las décadas de 1980 y 1990, en el presente siglo se observan signos de regresiones autoritarias tanto en democracias inmaduras como en algunas muy consolidadas. Nuevos caudillos autoritarios han llegado al gobierno mediante elecciones democráticas y luego han buscado desmantelar las instituciones y los mecanismos que les permitieron alcanzar el poder. Este fenómeno ha llamado la atención de académicos y analistas políticos que han publicado numerosos libros sobre el tema: Cómo mueren las democracias de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, Sobre la tiranía y El camino hacia la no libertad de Timothy Snyder, ¿Qué es el populismo? de Jan-Werner Müller, Yo, el pueblo: Cómo el populismo transforma la democracia de Nadia Urbinati, La muerte de la verdad de Michiko Kakutani, El ocaso de la democracia, de Anne Applebaum, entre otros. Este año, el venezolano Moisés Naím añadió un título importante al subgénero de retrocesos democráticos: La revancha de los poderosos.
Populismo, polarización, posverdad. Esas tres palabras configuran el núcleo del análisis que el venezolano Moisés Naim realiza en su libro “La revancha de los poderosos”, que el sello Debate acaba de lanzar a librerías. Naim es escritor y periodista, doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusets y merecedor, en 2011, del Premio Ortega y Gasset, el galardón más importante del periodismo español. Entre 1989 y 1990 fue Ministro de Fomento de Venezuela y Director del Banco Central durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Naim es hoy uno de los principales analistas internacionales de El País de Madrid. Este breve resumen de su trayectoria basta para señalarlo como un hombre experiente y sin dudas de gran formación académica.
Ya prácticamente nadie duda que en este momento la democracia atraviesa la peor etapa en su historia. Vivimos en una deriva antidemocrática global. Democracias que se creían consolidadas han pasado a ser democracias deficitarias, las democracias deficitarias han derivado en regímenes híbridos y los regímenes híbridos en brutales dictaduras. En este proceso de declive de las libertades hay un enemigo invisible que se robustece con el pasar del tiempo y que se conoce como el poder sin límites. Este enemigo no conoce frenos, aborrece el constitucionalismo y sus derivaciones como la separación de poderes, el Estado de derecho y la alternancia en el poder. Este enemigo se aprovecha de las nuevas tendencias que han surgido a la luz de la inteligencia artificial para convertir medias verdaderas en creencias y dogmas que alimentan el surgimiento de identidades férreas dispuestas a defender hasta con la vida a una especie de encantador de serpientes. Este enemigo ha creado innovadores formas de retener el poder sin rendirle cuentas a nadie, ni someterse al veredicto popular.
En El fin del poder. Empresas que se hunden, militares derrotados, papas que renuncian y gobiernos impotentes: cómo el poder ya no es lo que era (2013), el venezolano Moisés Naím (Trípoli, 1952) describió la caída de los liderazgos tradicionales en todos los campos, sobrepasados por los ejércitos irregulares, emprendedores de nuevo cuño que desafían a los monopolios y manifestaciones populares que remueven gobiernos. Casi diez años después, en La revancha de los poderosos advierte que los “autócratas sin fronteras” han puesto fin al fin del poder. El signo ideológico de Narendra Modi, Nayib Bukele, Daniel Ortega y Viktor Orbán importa menos que las 3P, claves de su éxito: populismo, polarización y posverdad. El populismo busca a los culpables, las élites económicas y políticas enemigas del pueblo; se vale de la polarización para dividir a las sociedades en todos los ámbitos; y se apoya en la posverdad, la ausencia de consenso sobre lo verdadero y lo falso, explotada, por ejemplo, en las redes sociales.
Vivimos tiempos de cambios. Empresas tradicionales se tambalean e incluso desaparecen, junto con empleos considerados estables durante generaciones. Mientras tanto, pequeñas empresas sin apenas activos físicos se convierten en gigantes con valoraciones estratosféricas. Los cambios no se limitan a la empresa. Partidos populistas, nacionalistas, separatistas y una extensa lista de tendencias minoritarias, alcanzan un mayor peso político por todo el mundo. Tampoco queda allí. Grupos irregulares, como cárteles de la droga y fundamentalistas islámicos, ponen en jaque a grandes y poderosos ejércitos.
Poco parece que entienden tanto los gobiernos locales, estatales o nacionales, así como políticos, empresas y organizaciones, que la sociedad está cambiando diametralmente en la psique colectiva, por consiguiente está llegando al punto que finaliza el poder actual tal como se conoce, pero particularmente en la forma en la que se llegaba a éste, también está feneciendo.
Profesor Dr. Iván Witker Barra / ANEPE - Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos – Ministerio de Defensa Nacional
En sus números 3 y 4 de este año, correspondientes a mayo-junio y julio-agosto, respectivamente, la prestigiosa Foreign Affairs se ocupa de un tema relevante asociado a la ya vieja litis acerca de qué aspectos son nuevos y cuáles no de las llamadas nuevas amenazas y, lo inevitable, ¿qué demandas de fuerza plantean a los órganos del Estado?.
En concreto, el número 3 trae un exhaustivo ensayo de Moisés Naím, titulado “Estados-Mafiosos” y el número 4 entrega una sólida contra-argumentación a cargo de Peter Andreas titulada “Tomándole el pulso a la amenaza de los estados mafiosos: ¿son las bandas apoyadas por gobiernos una real amenaza nueva?”, así como una contra-réplica de Naím. En suma, un enriquecedor debate, que aporta luces sobre el devenir local, regional y hemisférico.
Obsesionado con el tiempo, el escritor británico David Peace asegura que este plantea una paradoja en la ficción criminal de corte histórico. Cuanto más dejamos que pase, más se complica la resolución del crimen que tenemos entre manos. Sin embargo, la distancia da perspectiva y nos ayuda al abordaje literario de los conflictos. Moisés Naím (Trípoli, 1952) no ha necesitado dejar que los hechos se alejen y olviden para efectuar un certero retrato del crimen de un régimen contra todo un pueblo. Y lo ha hecho con el conflicto en su punto más alto –es inevitable pensar que el lodo que ahoga Venezuela es fruto de los infames polvos del proceso iniciado por Hugo Chávez– y a través de una novela de espías.