La pandemia no es un cheque en blanco para limitar derechos
Connectas
América Latina se ha convertido en el nuevo epicentro del coronavirus con más de 704.000 casos confirmados y 34.082 muertes al 26 de mayo. La atención a esta crisis de salud ha revelado, como ningún otro hecho, la capacidad de liderazgo y gestión de los mandatarios de la región. Algunos han estado a la altura del reto de la pandemia, mientras que otros han aprovechado para imponer sus agendas y aumentar su imagen favorable.
Esta fue una de las principales reflexiones que salieron del Encuentro Virtual: Los abusos del poder en medio de la pandemia, que se realizó en alianza con el International Center for Journalists -ICFJ- y su Global Health Crisis Reporting y Transparencia Internacional.
En esta charla virtual participaron Delia Ferreira, presidenta de Transparencia Internacional, Sandra Borda, académica de la Universidad de los Andes de Bogotá, y Moisés Naím, reconocido analista político de Venezuela. La moderación estuvo a cargo de Hugo Alconada, periodista de investigación de La NACIÓN y miembro de la Comunidad Periodística de CONNECTAS .
Durante la charla se evidenció cómo el aumento de normas y medidas excepcionales para atender la covid-19 abrió espacios para la arbitrariedad. Además, que hoy son pocos los países en el mundo donde no se hayan presentado actos de corrupción, en menor o mayor proporción, relacionados con la compra de elementos de protección, como las máscaras, o en la adquisición de ayudas para los más necesitados. Los panelistas coincidieron igualmente que la pandemia ha hecho evidentes desigualdades estructurales que no serán sostenibles en el mediano plazo.
Este Encuentro Virtual hizo parte de la iniciativa #CORONABUSO la cual ha permitido etiquetar cerca de 200 casos de abusos del poder en 17 países de América Latina. Este es un esfuerzo, en conjunto entre periodistas y ciudadanos, para visibilizar los excesos de servidores públicos, empresarios, o de cualquier persona con poder que en medio de las medidas excepcionales tomadas en el marco de la pandemia afecte o ponga en riesgo el bienestar de la sociedad.
Decisiones tomadas en momentos de crisis
Con la pandemia se llega inevitablemente a un acuerdo entre ciudadanos y gobernantes donde los primeros ceden en parte sus derechos para que los segundos brinden protección, ¿cuál es el límite aceptable de esas cesiones y cuáles son los puntos a destacar?
A esta pregunta, Delia Ferreira, presidenta de Transparencia Internacional, respondió que “la urgencia no es un cheque en blanco para que los límites de los derechos se entreguen completamente”. Desde la organización que Ferreira dirige se han registrando abusos en muchos gobiernos, además de restricciones al acceso de información, agresiones policiales para implementar la cuarentena y vigilancia a lo que un ciudadano opina o crítica en redes sociales.
Por su parte, la académica Sandra Borda dijo que no hay que poner todo el peso de la explicación de los abusos en los mandatarios, pues “hay fenómenos estructurales que complementan esta explicación, como la naturaleza de las normas en un ejercicio improvisado. Hay lugares, como Bogotá, Colombia, donde cada ocho días tiene normas nuevas y algunas son proclives a generar abuso. Entre más normas, hay más espacios de arbitrariedad”, explicó Borda.
Para Moisés Naím, analista político, existen funcionarios del gobierno, especialmente de la rama ejecutiva, que toman decisiones deliberadamente y utilizando a la pandemia como excusa, pero hay otros funcionarios públicos o políticos locales que toman decisiones no necesariamente para perpetuarse en el poder, sino como respuesta a una situación dramática donde están aprendiendo, improvisando y equivocándose.
Por otro lado, en América Latina existen países que tienen regímenes autoritarios que recibieron la pandemia de una manera totalmente distinta a naciones democráticas. Con respecto a esto, Moisés Naím destacó que aunque la situación es diferente para Venezuela, Cuba y Nicaragua, el abuso es igual de “feroz” en todos. Aclaró que cuando hay cuando hay un fenómeno natural y una amenaza, la gente quiere unión y quiere un líder, un gobierno que cobije, por eso “aquellos gobernantes que tengan empatía, tendrán un aumento en sus niveles de popularidad”.
En cuanto al resto de los países, Sandra Borda ha notado que el aumento del poder y en las competencias de las policías de la ciudad, combinado con calles vacías, es un escenario perfecto para abusos policiales. Anotó que a causa de la desigualdad estructural en la región, no todo el mundo se puede quedar en su casa trabajando sino que debe buscar su trabajo en las calles y estas personas terminan siendo las víctimas del abuso policial. “En este momento todos estamos con una obsesión por preservar la salud pública, pero no se nos puede salir del panorama que hay gente para la que cumpiir las reglas es un ejercicio imposible”, explicó Borda.
En el lado positivo, Delia Ferreira resaltó que los casos de corrupción están siendo denunciados en simultáneo, algo que no había ocurrido con otras pandemias. Según ella “puede ser porque la sociedad estaba más sensible a que podía haber corrupción o hay una falta de confianza en instituciones, que debería ser central en estos momentos”.
Efectos a mediano y largo plazo en el ámbito laboral
En Ecuador el presidente Lenín Moreno quiere aprobar una ley que permite que las empresas bajen las horas de trabajo y por ende el salario de sus trabajadores. Este es apenas un ejemplo de los abusos en el ámbito laboral en América Latina. Delia Ferreira anota que la situación institucional afecta a todos los aspectos de la vida, el derecho a trabajar y recibir un salario, entonces es “inevitable que la cadena de pagos se vea afectada durante la pandemia”.
Mientras que para Moisés Naím, el Estado debe proteger a los empleados, pero no se pueden poner leyes que eviten, por ejemplo, despedir a alguien porque este generará más desempleo a largo plazo. En esta misma línea, Sandra Borda anota que no se han visto los efectos de la pandemia en la pobreza y desigualdad, sobre todo en países donde esto ya era algo importante. Además explica que en muchas ocasiones el Estado no tiene la capacidad de llegar a las poblaciones más afectados o no sabe cuáles son estas poblaciones. “Encontrar un equilibrio entre el bien público de la salud y recuperación económica es muy difícil, y será un problema grueso para la región”, concluyó Borda.
Rol del periodismo
En medio de la crisis actual la vigilancia que hace el periodismo al uso de recursos públicos, dirigidos a la atención en salud y a brindar ayuda a los más necesitados, toma mayor relevancia. Sobre esto los panelistas recomendaron desde qué frentes los periodistas pueden cubrir la pandemia:
1. El periodismo se debe enfocar en los “charlatanes”. La gente tiene miedo y temor, y esto es un terreno fértil para los charlatanes que ofrecen soluciones, entonces se deben identificar las promesas falsas y los seguidores de estas para hacer la verificación y explicación de todas sus alocuciones, destacó Moisés Naím.2. “Hoy el periodismo debe ser un ente vigilante, estar ahí para filmar y registrar hechos de abusos, como forma de proteger la ciudadanía. Cuando el poder es omnipresente, el periodismo tiene un rol fundamental”, comentó la académica Sandra Aborda.3. “El periodismo de datos es una herramienta que contribuye a generar información, más allá de la opinión. En el big data, hay muchos aportes para denunciar la corrupción”, señaló Delia Ferreira.
Frases destacadas
Delia Ferreira:
El género del mandatario no es lo que hace la diferencia en la atención a la crisis. Los elementos en común de los gobernantes que se han destacado son la empatía, seriedad al enfrentar el covid-19 y claridad en la comunicación con la ciudadanía.
Moisés Naím:
En el ranking de #CORONABUSO está utilizar la pandemia para interferir o aplazar elecciones. Allí hay lugar para que no haya observación electoral internacional, y se pospongan indefinidamente los comicios. Es el caso por ejemplo de Egipto o Etiopía.
Delia Ferreira
Un #CORONABUSO muy claro es la corrupción, que se ve en todo el mundo. Desde los mejor rankeados por Transparencia Internacional hasta lo peores. Desde la compra de elementos de protección, se repiten los conflictos de interés, la puerta giratoria entre sector privado y empresasSandra BordaVenimos de un escenario que los organismos regionales han sido irrevelantes. Por ejemplo, UNASUR y CELAC están desdibudajos. O el PROSUR que, en broma, se dice que es el equivalente a un Whatsapp de presidentes latinoamericanos.