Moisés Naím

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Las sorpresas de 2007

Moisés Naím / El País

A continuación les ofrezco mi lista, corta, incompleta y arbitraria, de las sorpresas de 2007. Además de la sorpresa, el otro criterio que consideré para hacer la lista es que el impacto de los hechos que señalo se va a sentir más allá del lugar donde ocurrieron y también después de 2007.

- Terminó el debate: los humanos estamos recalentando el planeta.

Este año pasará a la historia como el momento histórico en el que el mundo dejó de debatir si estaba ocurriendo o no el cambio climático y aceptó que las alteraciones ambientales han sido y son causadas por nuestros patrones de consumo, reproducción, transporte, comercio, etcétera. El año 2007 también fue cuando la opinión pública mundial -y por lo tanto, los políticos- comenzaron a pensar que era necesario hacer algo al respecto. El debate no sólo terminó gracias a Al Gore. Si bien él tuvo gran impacto mediático, lo determinante fueron los nuevos datos científicos. A partir de 2007 los escépticos están condenados a defender su posición con base en supersticiones y creencias y no en hechos.

- Más de la mitad de la población mundial se muda a las ciudades.

Este año, y por primera vez en la historia del planeta, hay más gente viviendo en ciudades que en el campo. Vivimos en la época de urbanización más rápida que ha conocido la humanidad. Y la tendencia va a seguir: de acuerdo con Richard Burdett, un experto en el tema, en las próximas tres décadas el mundo experimentará el mayor movimiento poblacional del campo a la ciudad, especialmente en Asia y África.

- Comienza la crisis

económica mundial.

Venía macerándose desde hace tiempo, pero en 2007 se hizo visible a través de un inesperado síntoma: la crisis de crédito en Estados Unidos producida por la bancarrota de empresas que especulaban en el mercado de préstamos para la compra de viviendas.

Aún queda por ver cómo se transmitirá esta crisis a otros mercados y a otros países e industrias, cuánto durara y cuán dolorosa será. Pero seguramente 2008 va a ser económicamente peor que los años precedentes. En 2007 también el mundo económico fue sorprendido por el precio de un barril de petróleo que rozó los 100 dólares y por el precio de un euro que rozo los 1,50 dólares. Ninguno de los dos precios llegó a esos niveles. Pero 2007 nos preparó para que eso no nos sorprenda. Y si llegan a ese nivel, estos dos precios van a cambiar al mundo.

- Los petroleros lo compran todo.

Los altos precios del petróleo, que se han triplicado desde 2002, han generado una inmensa acumulación de dinero en los países que lo exportan. Esto no tiene nada de nuevo y el reciclaje de petrodólares ha sido ya antes una fuente importante de controversias y ansiedad para los mercados financieros mundiales. Pero tanto la acumulación que ocurrió en 2007 como la manera en la cual estos países los están usando ha traído novedades. La acumulación es extraordinaria y los países exportadores de petróleo ya tienen más de 4.000 billones de dólares sólo en activos financieros. De acuerdo con la consultora McKinsey & Co, aun si el precio cae a 50 dólares por barril, estos países podrán cómodamente invertir mil millones de dólares al día. Y en 2007 eso hicieron. Algunos como Abu Dhabi, por ejemplo, han comprado recientemente una participación importante en Citigroup. Otros como Hugo Chávez, compran influencia política en países vecinos, y no tan vecinos. Todos vieron sus cofres estallar de dinero en 2007. Y los seguirán viendo en 2008

- El país más peligroso del mundo

se vuelve aun más peligroso.

El asesinato de Benazir Bhutto desestabiliza Pakistán y potencia la ya conocida capacidad de este país para irradiar peligros más allá de sus fronteras. Pero este asesinato culmina un año lleno de señales, atentados y accidentes que revelaron la tendencia a una violenta descomposición política del país. En 2007, Pakistán vivió una escalada de atentados terroristas suicidas, el reconocimiento de que los talibanes resurgentes ejercen más control sobre las zonas limítrofes con Afganistán que el Gobierno paquistaní, el debilitamiento político del presidente Musharraf, y el turbulento regreso del exilio de los líderes de la oposición. En 2007, el mundo vio asustado cómo un Pakistán con armas nucleares, fundamentalistas islámicos y una situación geopolítica de crítica importancia se acerca al despeñadero.

- Las buenas noticias de 2007.

Las hubo y muy importantes. Entre otras cabe destacar que la mortalidad infantil a nivel mundial llegó a un mínimo histórico. Tan sólo en América Latina la mortalidad infantil es hoy la mitad de lo que era en 1990. Y en África y Asia también el progreso es notable. Esto se debe en mucho a la mayor disponibilidad de vacunas, alimentos y atención médica, pero también a otra buena noticia: el número de personas que viven en pobreza extrema también está declinando.

Claro que falta mucho por hacer y que los problemas sobran. Pero, por ahora, sólo me queda desearnos a todos un 2008 lleno de sorpresas agradables.