"La democracia no puede imponerse desde el exterior"
Moisés Naím y S. Kauffmann / El País
El príncipe heredero Abdalá bin Abdelaziz al Saud, de 81 años y padre de 34 hijos, ejerce el poder en Arabia Saudí desde que su hermano, el rey Fahd, sufrió una embolia cerebral en 1995. El príncipe no hablaba con la prensa de Occidente desde que se supo que 15 de los 19 terroristas que perpetraron los atentados del 11 de septiembre de 2001 eran saudíes. Abdalá encarna el cambio en Arabia Saudí, ya que, según él, reforma es la palabra clave para el futuro del país. El príncipe heredero saudí está hoy en París y se prepara para entrevistarse con George W. Bush el 24 de abril en Tejas.
Pregunta. Se habla mucho de aires de democracia en Oriente Próximo. Sin embargo, el reciente informe de la ONU sobre desarrollo humano en el mundo árabe insiste en que las reformas hechas no son suficientes. ¿Qué opina?
Respuesta. La democracia forma parte de nuestra fe musulmana. ¿Desde cuándo tiene democracia en su país? ¿Cuánto tiempo necesitaron ustedes para conseguirla? Nosotros también la conseguiremos, ¡Inshá Alá! Lo más importante es la justicia, la equidad y el respeto de los derechos humanos. Nuestra religión dicta todos estos principios.
P. ¿Cómo imagina Arabia Saudí dentro de 20 años?
R. Sólo Dios lo sabe. Trabajamos para instaurar la verdadera democracia, la que deseamos. Espero que necesitemos menos de 20 años para conseguirlo.
P. Arabia Saudí ha convocado este año las primeras elecciones municipales de su historia. ¿Es un paso hacia las legislativas?
R. Todo está en el buen camino, si Dios quiere.
P. Usted dice que cada país debe hacer las reformas "a su propio ritmo". ¿Cuál es el ritmo saudí?
R. La democracia y las reformas no pueden imponerse desde el exterior. Deben emanar del pueblo.
P. Ha aceptado recibir a dos periodistas, dos mujeres. ¿Cuándo podrán hacer lo mismo nuestras colegas saudíes?
R. ¡En menos tiempo del que llegó a necesitar una mujer para entrevistar por primera vez a un hombre en su país! Pueden dividir ese plazo por dos...
P. ¿Entonces, mañana, una periodista saudí podrá entrevistarle?
R. Las saudíes ya entraron en la vida activa; trabajan en bancos, en el sector público. La mentalidad de sus maridos y de sus hijos irá evolucionando poco a poco. Y se necesitarán para ello menos años que los dedos de una mano.
P. ¿Pero no es contradictorio que las mujeres estudien cada vez más, que sean universitarias, artistas, médicas, científicas, y que al mismo tiempo sigan dependiendo de un tutor masculino, es decir, su esposo, su hermano o su hijo?
R. La tutoría traduce nuestra preocupación de proteger a la mujer y su dignidad. Una mujer es una hermana, una madre, una esposa, una hija.
P. Reconoció hace dos años que el reino tenía que enfrentarse a la pobreza y al paro. ¿Cómo piensa remediar estos problemas?
R. La prensa [saudí] exageró el problema del paro. Los periódicos informaron de que había cerca de un millón de desempleados. En realidad, el número de parados varía entre 200.000 y 300.000; la mitad de ellos ha encontrado un empleo, mientras la otra mitad son trabajadores no cualificados que rechazaron los empleos que se les habían ofrecido. El objetivo de los periódicos no era el de criticar por criticar, sino el de obligarnos ayudar a los parados.
P. Desde mayo de 2003, Arabia Saudí y los saudíes también son blanco del terrorismo. ¿Piensa que la represión y la guerra contra el terrorismo son los métodos más eficaces?
R. Los terroristas son enemigos del islam y de la humanidad. Les haremos la guerra durante 10, 20, 30 años si hace falta. Sean estos terroristas musulmanes o no. Empezamos por invitarles al diálogo. Fue en vano. Entonces, hay que luchar con violencia contra la violencia. También hay que luchar contra las fuentes del terrorismo.
P. ¿En París va a hablar de Líbano e Irak?
R. Líbano, Siria, Irak. Son temas que atañen a todos los que tienen afán de justicia y de humanidad. Líbano necesita a Siria y viceversa. El conflicto que les enfrenta tiene solución. Pero los asesinatos son contrarios a la moral.
P. ¿Se refiere al asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri?
R. ¡A Hariri y a otros! Su asesinato fue una catástrofe. Lo conocía muy bien y sé que respetaba a Siria y a los sirios, aunque también se preocupaba por su país.
P. ¿Qué opina de la situación en Irak?
R. Deseo paciencia y éxito al pueblo iraquí. Es lo único que se puede decir.
P. Para Washington, la guerra de Irak era el primer paso hacia la democratización de Oriente Próximo. ¿Comparte esta opinión?
R. No veo ninguna utilidad a la guerra. No se construye la paz con guerras.
P. ¿Europa tiene un papel que desempeñar en Oriente Próximo distinto al de EE UU?
R. Los europeos, sean los franceses, los ingleses u otros, adelantaron a los estadounidenses en nuestra región. Pero tiraron la toalla. Eso sí, hoy Europa tiene que desempeñar un papel en la zona.